
Con 31 años, después “la Muela”, como le dicen en La Banda de Carlitos, se convirtió en una de las referentes femeninas del ritmo característico de la provincia que a esta altura identifica como su casa.
Antes de instalarse en Buenos Aires para perseguir su sueño de convertirse en cantante de impacto federal, una todavía adolescente Quevedo dio sus primeros pasos en distintos programas televisivos que daban oportunidad a artistas nuevos para mostrar su talento.
Fue precisamente en Talento argentino, en 2008, donde la joven de por entonces 16 años debutó cantando género melódico. En esa primera oportunidad llegó a la final del programa y en la segunda, en 2010, volvió a estar entre los últimos 12 participantes. Ese mismo año, además, pasó por el segmento “30 segundos de fama” de ShowMatch, cantó folklore y resultó la ganadora.
“Desde muy chiquita mi sueño fue cantar para la gente. Y si bien en los festivales en los que participaba concurría mucho público, cantar en el programa de Marcelo Tinelli fue lo más”, le decía en 2013 a Exitoína.
En 2012, Quevedo tuvo otra oportunidad televisiva en La voz Argentina, pero quedó eliminada en la instancia de batallas. “Me quería morir porque me tenía mucha fe”, decía meses después, cuando ya estaba grabando su primer disco de cumbia.
A finales de 2012, con 20 años, Quevedo decidió irse de Córdoba capital, donde vivía y estudiaba Comunicación Social, y se instaló en Buenos para grabar su primer disco, Mi sueño, que saldría en 2014 a través del histórico sello cumbiero Leader Music.
“La idea era cantar cumbia santafesina. Viajé por un montón de lugares, en el momento en el que lanzamos el productor estuvo muy bueno, hubo muchísimo trabajo”, recordaba meses atrás en entrevista con El Doce.
En 2015, luego de no llegar a un acuerdo para renovar vínculo con el sello discográfico, optó por barajar y dar de nuevo: se lanzó a trabajar por su cuenta y grabó su primer disco independiente, No ha sido fácil.
En 2018, la cantante recibió la invitación de Rubén “Keso” Pavón, de La Banda de Carlitos (LBC), para grabar junto al grupo el tema Supiste hacerme mal. La canción, una cumbia, se convirtió en la primera colaboración entre la puntana y el grupo cuartetero. Y no fue algo circunstancial.
Con el repliegue de las restricciones despues de la pandemia y el regreso de los shows, Quevedo retomó su vínculo con Córdoba y comenzó a actuar como solista. Hasta que volvió a recibir el llamado de Pavón, que la convocó para sumarse a LBC. “Entre estar en mi casa trabajando a volver a intentarlo una vez más, digo bueno, ‘vamos a ver’. Total tengo la posibilidad de volver a mi casa y seguir trabajando”, pensó en ese momento. Pero no hizo falta revisar esa decisión.
En los últimos dos años, Quevedo se convirtió en parte fundamental del éxito renovado de LBC, que actualmente se presenta con el nombre de la cantante acompañando su ya clásica sigla. Con exitosas versiones como 200 copas, Ojalá, Bésame bonito o Despechada, el combo entre la vocalista y la banda se solidificó al punto de que la artista es referente de la agrupación y recibió invitaciones para grabar con La Konga o Q’ Lokura, entre otros.